La Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea, un modelo para los esfuerzos mundiales de restauración - Green Initiative

La Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea: ¿Un modelo para la restauración mundial?

En un esfuerzo pionero por hacer frente a la doble crisis de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, la Unión Europea ha adoptado el Reglamento sobre Restauración de la Naturaleza. Este nuevo marco legislativo es un componente fundamental del Pacto Verde Europeo y de la Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030, cuyo objetivo es restaurar los ecosistemas degradados en todo el continente, mejorar la biodiversidad y reforzar la resistencia al cambio climático.

Antecedentes y objetivos

El Reglamento responde a la urgente necesidad de restaurar los hábitats naturales de Europa, que se encuentran en estado de declive debido a diversas actividades humanas, como la agricultura intensiva, la urbanización, la contaminación y el cambio climático. Se basa en los esfuerzos de conservación ya realizados en el marco de la Directiva de Hábitats y la Directiva de Aves de la UE, ampliando su ámbito de aplicación e introduciendo objetivos de restauración jurídicamente vinculantes.

Además, el Reglamento de la UE sobre Restauración de la Naturaleza se alinea perfectamente con el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), una iniciativa mundial destinada a prevenir, detener e invertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo. Esta iniciativa de la ONU subraya la importancia crítica de los esfuerzos de restauración a gran escala para hacer frente a la pérdida de biodiversidad y al cambio climático, temas de los que se hacen eco los ambiciosos objetivos de la UE. Esta alineación no sólo refuerza la urgencia mundial de restaurar los ecosistemas, sino que también sitúa a la UE en una posición de liderazgo en el impulso de los esfuerzos internacionales hacia un futuro más sostenible y resiliente.

Disposiciones clave

El Reglamento fija objetivos ambiciosos para restaurar los ecosistemas terrestres, de aguas interiores, costeros y marinos degradados. Para 2030, al menos el 30% de estos ecosistemas deberán estar restaurados, con el objetivo a largo plazo de cubrir todos los ecosistemas que necesiten restauración para 2050.

Entre los objetivos específicos figuran:
  • Restauración de al menos 25.000 km de ríos de curso libre.
  • Aumentar los espacios verdes en ciudades, pueblos y suburbios y mejorar la salud de estos ecosistemas.
  • Invertir el declive de los polinizadores y aumentar la biodiversidad en los ecosistemas agrícolas y forestales

Los Estados miembros de la UE deben elaborar y aplicar planes nacionales de restauración, basados en pruebas científicas, que incluyan medidas para mejorar el estado de los hábitats y las especies enumeradas en las Directivas sobre hábitats y aves. Las medidas de restauración deben garantizar una mejora continua hasta alcanzar un estado de conservación favorable. Además, el Reglamento destaca el vínculo entre biodiversidad y cambio climático con proyectos de restauración destinados a contribuir a la mitigación del cambio climático y a la adaptación al mismo, mejorando los sumideros naturales de carbono y aumentando la resiliencia de los ecosistemas. La sinergia con la Ley Europea del Clima es crucial, en particular su objetivo de neutralidad climática para 2050.

Se presta especial atención a los hábitats marinos, con medidas específicas de restauración de especies y hábitats marinos en consonancia con la Directiva marco sobre la estrategia marina. Los Estados miembros deben informar sobre sus avances hacia los objetivos de restauración, utilizando indicadores y metodologías normalizados. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) desempeñará un papel clave en el apoyo a estos esfuerzos, garantizando la transparencia y la rendición de cuentas.

El Reglamento prevé ayudas financieras procedentes de diversos mecanismos de financiación de la UE, como la Política Agrícola Común (PAC), el Programa LIFE y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). También se incluyen incentivos para la conservación de tierras privadas y prácticas de gestión sostenible.

Retos y oportunidades

La aplicación del Reglamento se enfrentará a varios retos. Una financiación y unos conocimientos técnicos adecuados son esenciales para el éxito de los proyectos de restauración, y será necesario movilizar recursos técnicos y financieros a gran escala para alcanzar los objetivos fijados. Además, la colaboración eficaz con las comunidades locales, los agricultores, los silvicultores y otras partes interesadas será fundamental para el éxito, ya que la aplicación debe conciliar la restauración ecológica con las actividades socioeconómicas, garantizando que los esfuerzos de restauración no perturben indebidamente los medios de subsistencia.

Sin embargo, las oportunidades son considerables. Los ecosistemas restaurados pueden aportar numerosos beneficios, como la mejora de la calidad del aire y del agua, el aumento de la biodiversidad, la regulación del clima y una mayor resistencia frente a las catástrofes naturales, y la economía de la restauración puede crear puestos de trabajo de alta calidad y estimular un crecimiento sostenible que perdure.

Conclusión

El Reglamento de la UE sobre restauración de la naturaleza representa un paso histórico hacia un futuro sostenible. Al fijar objetivos ambiciosos y jurídicamente vinculantes para la restauración de los ecosistemas, el Reglamento pretende invertir la pérdida de biodiversidad, aumentar la resistencia al cambio climático y promover un medio ambiente más sano. El éxito de su aplicación requerirá esfuerzos concertados de todos los Estados miembros, un sólido apoyo científico y la participación activa de las partes interesadas. Los Estados miembros de la UE deben empezar a planificar la presentación de planes nacionales de restauración a la Comisión, con detalles sobre cómo cumplirán los objetivos y supervisarán e informarán sobre sus avances basándose en indicadores de biodiversidad a escala de la UE.

La adopción del Reglamento reafirma que la sostenibilidad ambiental sigue siendo una prioridad máxima para la UE a pesar de los recientes resultados electorales, lo que significa que las empresas siguen obligadas a adoptar prácticas empresariales sostenibles que minimicen su huella ambiental y sean positivas para la naturaleza. Esto se suma a la mayor responsabilidad a la que ahora se enfrentan las empresas, incluso desde la perspectiva de la información financiera sobre los riesgos relacionados con la naturaleza. La aplicación en todos los Estados miembros de la UE tendrá un impacto significativo en las operaciones empresariales y exigirá que las empresas se preparen para adaptar sus actividades a la evolución de las normativas nacionales, lo que puede significar ajustar las prácticas actuales para cumplir las nuevas normas. Se trata de un momento crucial para las empresas de la UE, que deben planificar con antelación su adaptación e innovación dentro de un marco medioambiental más estricto.

Escrito por Frédéric Perron-Welch, delequipo Green Initiative .

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest

Dejar un comentario